La ruta digital se entiende como los pasos que una universidad toma para poder llegar hacia una transformación completa en sus servicios de Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC’s), para el beneficio y mejora de todos los usuarios que conforman la universidad contemporánea. Esto permite estar mejor preparados para cambios rápidos propiciados por las nuevas generaciones o como ha sucedido en el año 2020, por emergencias extremas.
¿Cómo la universidad traza esa ruta? La ruta debe de crearse desde una visión completa de las necesidades de todas las comunidades de la universidad, de esta manera conoceremos en detalle cuáles serán las soluciones tecnológicas que tendrán un mayor impacto, lo cual conllevará también un mejor rendimiento de nuestro presupuesto. Esta ruta debe de crearse desde las más altas esferas de la universidad y no solamente en el Departamento de TIC’s. Si las más altas autoridades no están de acuerdo con la ruta, esta nunca llegará a concretarse. Además, las autoridades de la universidad saben con certeza la visión institucional, en donde, los departamentos de TIC’s deben alinear todos sus objetivos estratégicos con ella, de tal manera que la implementación de nuevas políticas, estándares y lineamientos, se harán de una manera más fluida.
Una vez tengamos la visión definida y el visto bueno de las autoridades universitarias, debemos parar un momento y tomarnos un “tiempo fuera” de la rutina diaria y dedicarle tiempo para comenzar un diálogo profundo entre todas las comunidades que conforman la universidad. Ahí podrán identificar todas las necesidades y problemas que existen actualmente en sus instituciones, donde hay una gran probabilidad que muchas de las necesidades de cada comunidad, sean comunes entre sí. Además, podrán a su vez explicar a dichas comunidades hacia dónde se dirige la institución y cómo las soluciones tecnológicas ahora son un pilar principal del funcionamiento de una universidad.
Definitivamente cada universidad tiene sus características y necesidades, pero el dinamismo y flexibilidad de sus servicios digitales es algo imprescindible hoy en día. Si pensamos que nuestros usuarios finales son todos, alumnos, profesores, investigadores, personal administrativo, etc., debemos de crear un ecosistema completo, que cada sistema que utilice la universidad sea interoperable y transparente hacia los usuarios. Las universidades pueden llegar a ser tan grandes y complejas, que muchas veces se duplican o triplican esfuerzos, mermando los recursos de las instituciones. Además, en varias ocasiones, la comunicación entre comunidades internas y quienes implementan las soluciones tecnológicas, es muy pobre, creando sistemas inoperables o con una baja utilización.
Hoy en día existen cientos de soluciones tecnológicas para instituciones académicas, pero solo sabremos cuál es la más idónea para mi institución, si definimos bien la ruta hacia esa Universidad Inteligente. ¿Qué es una Universidad Inteligente? En pocas palabras es una universidad que se ha transformado integralmente al mundo digital y que podrá superar cualquier reto en el futuro utilizando tecnologías de última generación, pero sobre todo que cada una de dichas tecnologías trabajen en conjunto, como parte de un gran ecosistema digital institucional al servicio de todas las comunidades internas de la universidad.
Marco Antonio To es Ingeniero en Electrónica, Informática y Ciencias de la Computación, con un Postgrado en Redes de Computadoras de la Universidad Francisco Marroquín. Cuenta con una maestría en Telecommunications Management de Oklahoma State University. Además, de un Doctorado en Tecnologías de la Información por parte de las universidades de Paris Saclay y Universidad Galileo.
Con más de 20 años de experiencia en áreas relacionadas con ciencias de la computación y telecomunicaciones en instituciones académicas de nivel superior e industria en infraestructura de TIC’s. Actualmente es Director de los programas de Maestría y Doctorado en TI de Universidad de Galileo y Presidente de las organizaciones como la Red Avanzada Guatemalteca para la Investigación y la Educación (RAGIE) y el primer Punto de Intercambio de Tráfico en Guatemala (IXP-GT).
